_ Las reuniones laborales están consumiendo los momentos más productivos del día, afectando la concentración y extendiendo la jornada laboral más allá del horario formal. Así lo señala el Índice de Tendencias Laborales 2025 de Microsoft Work Lab, que advierte que el 50% de las juntas se programan entre las 9 y 11 de la mañana, así como entre la 1 y las 3 de la tarde, justo cuando los empleados alcanzan sus picos de productividad.
El informe revela que muchas de estas reuniones no son planeadas: el 56% no están calendarizadas y una de cada diez se agendan apenas un minuto antes de comenzar. Esta práctica genera caos y provoca que los trabajadores pasen gran parte del día respondiendo prioridades ajenas, dejando de lado tareas de mayor valor estratégico. Además, el exceso de videollamadas y plataformas digitales ha dado lugar al fenómeno de la "juntitis".
Los datos de telemetría también indican que a las 11 de la mañana —la hora de mayor rendimiento— el 54% de los trabajadores está ocupado respondiendo correos electrónicos. Este bombardeo de notificaciones constantes interrumpe la capacidad de realizar un trabajo profundo, ya que se estima que un empleado es interrumpido cada dos minutos durante su jornada.
Esta hiperconectividad ha derivado en jornadas laborales fragmentadas y caóticas. Según el estudio, la mitad de las personas percibe su día de trabajo como desorganizado, y cada vez es más común extender las tareas fuera del horario laboral. En promedio, los empleados envían o reciben más de 50 mensajes después de su jornada, y casi un tercio revisa su correo antes de las 10 de la noche.
Incluso los fines de semana han dejado de ser un espacio de descanso: casi el 20% de los trabajadores activos consulta su bandeja de entrada antes del mediodía los sábados y domingos. Esta falta de límites pone en riesgo la salud mental y reduce la capacidad de recuperación, en un contexto donde las expectativas empresariales siguen aumentando y la claridad organizacional se vuelve indispensable.
