_ En un acto considerado histórico, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo formalizó la transición de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para que dejen de ser “empresas productivas del Estado” y se conviertan en auténticas empresas públicas. Este cambio legal refuerza su papel social, alejándolas definitivamente de la lógica privatizadora impulsada desde 1992.
Durante el anuncio, la mandataria subrayó que tales disposiciones garantizan la permanencia de ambos organismos bajo la rectoría del Estado, asegurando que no sean consideradas monopolios y que trabajen por la soberanía energética de la nación. El nuevo modelo contempla mejores mecanismos de financiamiento y operación, otorgando prioridad a la gente antes que a la ganancia.
Por su parte, la secretaria de Energía, Luz Elena González, detalló que se eliminan las múltiples filiales que existían dentro de Pemex y CFE, facilitando una administración más austera y eficiente. De esta manera, el Estado recupera la planeación y el control de la producción de combustibles y de la generación eléctrica.
Pemex y CFE tendrán además un régimen fiscal simplificado y contarán con un sistema de trazabilidad más riguroso que permita un seguimiento desde la importación hasta la venta de hidrocarburos, con la finalidad de evitar prácticas ilegales y proteger la economía de la población.
