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En medio de un contexto energético centrado en los combustibles fósiles, emerge en México el Plan Sonora, un megaproyecto destinado a impulsar las energías renovables. Situado en el estado homónimo al noroeste del país, este plan se presenta como una apuesta ambiciosa del gobierno para incrementar la generación de energía eléctrica mediante la construcción de un parque solar y la explotación minera de litio. Oficialmente anunciado en febrero de 2023 por el gobernador Alfonso Durazo Montaño, el proyecto ha captado la atención internacional, siendo promovido incluso en la Conferencia de las Partes (COP) 28 en Dubai.
El Plan Sonora, valuado en 7 mil millones de dólares, incluye además la construcción de infraestructura para parques científicos y la modernización de puntos fronterizos y el puerto de Guaymas. Sin embargo, especialistas en energía han expresado preocupaciones sobre el impacto ambiental y social que podría acarrear este proyecto, así como por los desafíos logísticos para distribuir la energía producida.
El epicentro del Plan Sonora es la planta fotovoltaica en Puerto Peñasco, considerada la más grande de América Latina, con una capacidad total de 440 megawatts. Esta planta, junto con la extracción de litio, busca impulsar la transición hacia una matriz energética más sustentable. Sin embargo, la falta de detalles sobre el impacto ambiental y la ausencia de un proceso de consulta ciudadana han generado críticas y dudas entre los especialistas.
A pesar de las promesas de reducción de emisiones contaminantes, persisten interrogantes sobre si el Plan Sonora será suficiente para mantener la dirección hacia las energías renovables en el próximo sexenio. Si bien representa un paso importante en la dirección correcta, su éxito dependerá de la capacidad del gobierno para abordar los desafíos ambientales y sociales, así como de su compromiso con el impulso de las energías limpias en el país.
