_ La temporada 2024 de la NFL marca un notable regreso a las raíces del fútbol americano, donde las ofensivas terrestres están cobrando protagonismo. En un tiempo en el que el juego aéreo dominaba el espectáculo, los equipos están redescubriendo la eficacia de las jugadas por tierra, con una estrategia que evoca los inicios del deporte. Este cambio se ha visto reflejado en las estadísticas recientes, con un creciente énfasis en el poder físico y la resistencia.
En un análisis de las mejores ofensivas, se observa que las cinco mejores en carrera tienen un récord combinado de siete victorias y tres derrotas, en contraposición a las cinco mejores en pase, que cuentan con un récord de 3-7. Este dato revela una tendencia significativa hacia la ofensiva terrestre, en un deporte que anteriormente priorizaba los pases largos y las jugadas espectaculares.
El renacimiento de las jugadas por tierra no solo responde a la nostalgia, sino también a la evolución de las defensas modernas que han logrado adaptarse a las ofensivas de pase. Además, los entrenadores buscan proteger a sus quarterbacks, los jugadores más valiosos, ante el riesgo de lesiones. Con una mayor frecuencia de cargas defensivas, optar por estrategias terrestres se ha vuelto una alternativa más segura y eficaz.
En las primeras semanas de la campaña, los equipos han promediado solo 193.6 yardas por pase, una cifra que no se veía desde 1996. Este descenso en el juego aéreo se ha evidenciado con 17 quarterbacks titulares lanzando menos de 200 yardas en la Semana 1, una hazaña poco común en años recientes. El promedio de yardas por pase de la liga alcanzó su punto máximo en 2015, cuando los equipos promediaban 243 yardas, destacando la era de quarterbacks como Tom Brady y Aaron Rodgers.
En el contexto de este renacimiento, Aaron Rodgers, ahora de 40 años, se prepara para su primer enfrentamiento contra los Patriots con los Jets de Nueva York, luego de recuperarse de una lesión grave. Su regreso al MetLife Stadium representa una combinación única de veteranía y juventud en el equipo, ya que su compañero Braelon Allen es el jugador más joven de la NFL a los 20 años. Este contraste de generaciones refleja la diversidad y evolución del fútbol americano, en una liga que busca equilibrar la tradición con la innovación.
