La calle Hidalgo, situada en el corazón de Zacatecas, es más que una arteria principal; representa siglos de historia, cultura y desarrollo económico. Desde la época colonial, esta vía ha sido un punto clave en el trazado urbano y en el crecimiento de la ciudad.
Su origen se remonta al siglo XVI, cuando Zacatecas floreció como centro minero. Conocida entonces como la "calle real", era esencial para el comercio y las comunicaciones. Las mansiones de los acaudalados mineros, junto a tabernas y tiendas, dieron un aire majestuoso a la zona, reflejo del auge económico de la minería de plata.
En el siglo XIX, la calle Hidalgo fue testigo de transformaciones urbanas y eventos históricos. Durante la guerra de Independencia, aunque no fue escenario directo de enfrentamientos, se convirtió en el epicentro de movimientos políticos. Su arquitectura también evolucionó con la construcción de edificios emblemáticos como el Palacio de Gobierno y el Teatro Calderón.
El siglo XX trajo modernización y preservación. La calle se adaptó a los cambios urbanos, pero mantuvo su esencia colonial. En los años noventa, su relevancia fue reconocida por la UNESCO, que declaró al centro histórico de Zacatecas como Patrimonio de la Humanidad, incentivando la restauración de sus edificios más representativos.
Hoy en día, la calle Hidalgo es un vibrante punto turístico y cultural. Con museos como el Pedro Coronel y monumentos históricos, esta calle sigue siendo un espacio donde convergen pasado y presente, consolidándose como un símbolo de la riqueza histórica de Zacatecas.