_ Con la creación de espacios como el Archivo Histórico de Oaxaca, se abre la posibilidad de que se construyan sitios que aseguren el cuidado, la conservación, la restauración, pero también a la investigación y estudio de los acervos documentales y archivísticos del país, destacó Diego Prieto Hernández, secretario técnico y encargado de la Dirección General del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
A propósito de la inauguración de este complejo, ubicado en la agencia municipal de Santa Lucía del Camino, en la ciudad de Oaxaca, el antropólogo resaltó que el INAH asesoró a restauradores de la asociación civil Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (Adabi), como lo ha hecho en otros proyectos de índole cultural al lado de la Fundación Harp Helú y con el gobierno de Oaxaca.
a€œIncluso, se contribuyó con la colocación de una interesante pieza arqueológica conocida como Piedra Bernal, que tiene una inscripción glífica que alude a la enorme tradición oaxaqueña relacionada con la escritura, y en ese sentido, con la memoria escrita de Oaxaca y de Méxicoa€, mencionó.
Prieto Hernández se pronunció para que este espacio tenga continuidad, vida y se constituya en una vanguardia en lo referente a la preservación y la articulación del patrimonio cultural con proyectos académicos, de divulgación y difusión de una conciencia de conservación del patrimonio documental del país y, en este caso, de Oaxaca.
a€œLa importancia de este espacio para preservar y difundir la riqueza documental del estado, es muy significativa porque, además hay una articulación virtuosa de un proyecto arquitectónico cuidadoso, propositivo, que recupera elementos que apelan a la propia arquitectura colonial y prehispánica oaxaqueña, así como a la arquitectura mexicana contemporáneaa€.
Durante la inauguración del Archivo Histórico de Oaxaca, donde el secretario técnico del INAH, Diego Prieto, estuvo como invitado especial en el presídium, Gabino Cué Monteagudo, gobernador de Oaxaca, afirmó que el conocimiento de nuestras raíces y la apreciación del pasado común, constituye una condición fundamental para comprender el presente y construir un futuro, por esa razón, su administración se comprometió a salvaguardar y proteger el gran legado de los oaxaqueños que conforma el acervo documental.
Resaltó que por su volumen y contenido, este archivo está catalogado como uno de los más importantes de México, al contener documentos de incalculable valor, redactados por Benito Juárez, José María y Morelos y Porfirio Díaz, entre otros personajes fundamentales en la historia del estado y del país.
a€œSe trata de un proyecto arquitectónico que conjuga la modernidad y funcionalidad con el simbolismo de las tradiciones y la cultura oaxaqueña, una obra, cuya magnitud y relevancia no tiene precedente en la historia constructiva del estado de los últimos años; su edificación requirió de una inversión de 490 millones de pesos, compartida entre los gobiernos federal y estatal, y la Fundación Harp Helúa€.
María Isabel Grañen Porrúa, presidenta de la Fundación Alfredo Harp, manifestó que el legado documental que había permanecido abandonado desde hace años, estaba en condiciones lamentables, por lo que era urgente atender esta situación. Cada hoja de los 88 mil 774 expedientes entregados se limpió y restauró para su conservación; la Secretaría de Cultura federal proporcionó recursos para intervenir los planos y mapas.
Expuso que el acervo se organizó temática y cronológicamente, apegado a las normas de la archivística internacional, en el lugar donde hace 400 años se extraía la cantera para construir la ciudad.
El arquitecto Ignacio Mendaro Corsini fue el encargado dar vida a este edificio que cuenta con instalaciones de punta para la conservación del patrimonio documental de Oaxaca, además de una sala para investigadores, talleres de clasificación, restauración, reproducción, aulas para seminarios, salas para exposiciones, bibliotecas infantiles, entre otros espacios.
Durante el acto inaugural también estuvieron Antonio Crestani, director general de Vinculación Cultural de la Secretaría de Cultura; María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes, y Alfredo Harp Helú, presidente vitalicio de la Fundación Alfredo Harp.
