_ Los terrores nocturnos y el insomnio infantil son trastornos frecuentes entre los 4 y 12 años. Estos episodios, que incluyen miedo a la oscuridad y pesadillas, suelen manifestarse en las primeras tres horas del sueño y pueden alterar seriamente el descanso de los niños. Una de las estrategias más eficaces para mejorar la calidad del sueño infantil es cuidar la alimentación nocturna.
Una cena ligera y rica en nutrientes que estimulen la relajación puede marcar la diferencia en el descanso. Entre los mejores alimentos para favorecer el sueño destacan los plátanos, gracias a su contenido de potasio, magnesio y melatonina, que relajan los músculos y regulan el ciclo de sueño. Asimismo, los frutos secos como nueces y almendras son una fuente natural de vitamina B y melatonina, ayudando a disminuir la ansiedad.
Un clásico recomendado es la leche tibia, rica en triptófano, un aminoácido que favorece la producción de serotonina y melatonina, esenciales para un sueño profundo. Por otro lado, las fresas y cerezas, al ser frutas ligeras y fáciles de digerir, también aportan melatonina y prolongan el tiempo de descanso sin interrupciones.
Finalmente, la avena se posiciona como un aliado clave para la hora de dormir. Además de aportar melatonina, genera sensación de saciedad, evitando despertares nocturnos por hambre. Combinada con leche caliente, se convierte en un remedio natural contra el insomnio infantil. Incluir estos alimentos en la dieta diaria puede reducir considerablemente los trastornos del sueño en los más pequeños y mejorar su bienestar general.
