_ El tema es analizado en el VII Coloquio de Arqueología en Michoacán y sus áreas vecinas, organizado por el Centro INAH en esa entidad Panelistas de México, Bolivia, Colombia y Francia sesionarán virtualmente hasta el este 9 de noviembre
Centrado en analizar los modos en que se conforman, manejan, investigan, conservan e, inclusive, se recuperan las colecciones de patrimonio arqueológico, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) inició este lunes el VII Coloquio de Arqueología en Michoacán y sus áreas vecinas.
Realizado de manera virtual, a través de INAH TV, en el marco de la campaña “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, la actividad académica fue inaugurada por el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, quien reconoció la importancia de dedicar un espacio a dichas conversaciones, toda vez que, visto desde el exterior, pudiera parecer que el trabajo de los investigadores termina cuando piezas arqueológicas, por ejemplo, las halladas en la ruta del Tren Maya, son recuperadas del subsuelo.
“Ese es, sin embargo, solo el inicio de nuestro trabajo, ya que nos corresponde hacernos cargo de la disposición, manejo, ordenamiento, limpieza, restauración, si es requerida, y el análisis de la materialidad de cada pieza, entre otros aspectos, así como determinar si el destino de las mismas será un museo, un acervo o, incluso, su reenterramiento, en el caso de aquellos objetos que agotan su potencial investigativo”.
El titular del INAH celebró la reunión virtual de las y los investigadores México, Bolivia, Colombia y Francia y de otras nacionalidades, en este coloquio, quienes disertarán en torno a 21 ponencias divididas en tres sesiones, mismas que continuarán hasta este 9 de noviembre.
Junto con el director del Centro INAH Michoacán, Marco Rodríguez Espinosa, y el investigador José Luis Punzo Díaz, la coordinadora nacional de Arqueología del instituto, Lorenza López Mestas Camberos, enfocó su participación en los antecedentes de las colecciones arqueológicas y actualidad de los repositorios de materiales prehispánicos que resguarda la institución en Jalisco.
La investigadora se remontó al siglo XIX, cuando dentro de los gabinetes científicos y de curiosidades, exploradores, intelectuales y otros personajes comenzaron a reunir objetos de la antiguedad precolombina.
Ya en el siglo XX, explicó, personajes del ámbito artístico y cultural, como el pintor Diego Rivera, destacaron por la formación de colecciones tan amplias que hoy, incluso, han permitido formar espacios como el Museo Diego Rivera-Anahuacalli, en la Ciudad de México.
Pese a lo anterior, señaló, en coincidencia con la arqueóloga del Centro INAH Michoacán, Eugenia Fernández Villanueva Medina, la mayoría de los bienes arqueológicos registrados por el INAH, provienen de excavaciones no reguladas y, por lo mismo, carecen del contexto sistemático y completo, propio del quehacer arqueológico.
“Este foro –abundó Eugenia Fernández– es una oportunidad para ver cómo estamos trabajando, no solo con las colecciones que controlamos desde su origen, sino también con aquellas que crearon saqueadores y personas interesadas en el acopio de piezas, las cuales, con el paso del tiempo, llegan a ser recuperadas por el INAH”.
Independientemente de su origen, concluyeron, cada pieza prehispánica, aunque sea un pequeño tiesto cerámico, puede ofrecer valiosa información académica. Por ello, las investigadoras hicieron votos para que el VII Coloquio de Arqueología en Michoacán y sus áreas vecinas acerque al público los procedimientos por medio de los cuales pueden reportar hallazgos o, inclusive, registrar colecciones y mantenerse como custodios de las mismas ante el instituto.
