_ El esperado Tiny Desk Concert de NPR protagonizado por "31 minutos" sorprendió a su audiencia con un espectáculo cargado de humor, música y mensajes políticos. La banda de marionetas chilena, liderada por Tulio Triviño, ofreció una presentación repleta de referencias a las políticas migratorias implementadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, combinando sátira y crítica social.
Desde el inicio, Tulio Triviño marcó el tono del concierto al bromear sobre la vigencia de sus visas laborales en Estados Unidos, mientras presentaba al público a los “latinos urbanos emergentes”. Este comentario dio pie a una serie de alusiones directas a las redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y a la situación de los migrantes en centros de detención, incluyendo una mención irónica a un ficticio “Alligator Alcatraz”, en referencia a las prisiones migratorias.
Durante la interpretación de “Baila sin cesar”, el grupo presentó un nuevo personaje: un caimán con gorra roja y gafas oscuras que parodia a un agente del ICE. En tono cómico, Tulio lo describe como “un amable señor que se quiere asegurar de que volvamos sanos y salvos a casa”, antes de añadir una frase mordaz: “Sólo tiene un problema, él habla como idiota”.
El momento más comentado llegó con la canción “Objeción denegada”, donde se incluyó una nueva letra alusiva a la migración y las visas vencidas, haciendo referencia a la serie "Better Call Saul". Las redes sociales reaccionaron rápidamente, calificando la presentación de "31 minutos" como una de las más políticas en la historia reciente de Tiny Desk. Algunos usuarios incluso la compararon favorablemente con la actitud del cantante Bad Bunny, próximo protagonista del show de medio tiempo del Super Bowl 2026.
El Tiny Desk de "31 minutos" forma parte de una serie de conciertos dedicados a la latinidad organizados por NPR, que se llevan a cabo entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre. Con humor, creatividad y crítica social, los chilenos lograron consolidarse no sólo como un fenómeno cultural, sino también como una voz de protesta que conecta con las realidades de América Latina.
