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Por Osvaldo Córdova
Hace 20 años, esta franquicia arrancó con un par de películas centradas en un grupo de ladrones avezados en el arte de la conducción de autos, que sirvió de excusa para ver un desfile de autos tuneados y mujeres “perreando” ante la cámara, con el tiempo “Rápidos y furiosos” se ha convertido en un simple espectáculo visual en el que no importa que algunas escenas sean inverosímiles siempre y cuando muestren espectacularidad.
Cual Caín y Abel, esta novena entrega cuenta el enfrentamiento de los hermanos Toretto, Dom y Jakob, luego de que el segundo dejará a la familia tras la muerte de su padre en una carrera de autos.
Muchos años después reaparece Jakob con el sólo fin de superar al “hijo favorito de papá”, aunque para ello deba convertirse en un hombre malo, malo, que debe encontrar las dos mitades de un proyecto llamado Aries con el que se pueden controlar todas las computadoras y armas del mundo.
Como en las anteriores entregas, Dom está en su casa tranquilo, disfrutando de la vida y enseñando a su hijo su pasión, la mecánica, cuando llegan compañeros de “la familia” a pedirle que se sume al equipo para salvar el planeta.
Bajo esa premisa es que comenzaremos a ver una serie de peleas y persecuciones en autos que desafían a la física, pero con una espectacularidad que dejará a muchos boquiabiertos.
El taiwanés Justin Lin, quien con “Rápidos y furiosos 9” suma su quinta cinta de la saga que dirige, pone a Toretto y familia casi a la par de los “Avengers” al ponerlos a salvar el mundo al enfrentarse a espías, traiciones, helicópteros y todo tipo de armas, y en todo ese ajetreo a salir casi sin ningún rasguño más que la pérdida de uno que otro auto, que en realidad es lo que más duele.
Lin se embarca en una mezcla entre James Bond y Misión Imposible, en donde los dispositivos hi-tech están a la orden, además de recorrer el mundo desde Japón a Londres, con una escala por México, y que sirven para cameos con viejos conocidos de la saga y como ya se ha hecho costumbre el traer de nuevo al ruedo a personajes que en anteriores entregas pensábamos muertos.
Además, sabedor de que las películas de acción se basan más en la espectacularidad de las escenas que en el entramado de la historia, el film hace gala de ello sin escatimar recursos ni efectos especiales, por ello se dio el lujo de filmar la secuencia del viaje al espacio a bordo del auto con un motor de cohete en el techo.
Ya con ocho entregas previas, el espectador sabe que no puede pedir verosimilitud y mucho menos profundidad en su historia, pero sí mantener el factor humano, el amor a la familia, que ha hecho posible que ese grupo se mantenga unido ante el avasallador despliegue de espectacularidad que luce de maravilla en pantalla IMAX en sus más de dos horas de duración, con todo y escena extra.
A pesar de que la franquicia en lugar de madurar parece ir perdiendo esa chispa que la mantenía como algo nuevo y atrevida, sigue siendo teniendo éxito, tan es así que en el próximo Festival de Cine de Cannes, uno de los más importantes del mundo, se presentará “Rápidos y furiosos 9” en una función de gala, hecho que pocas veces tienen el honor blockbusters.
“Rápidos y furiosos 9”
Dirección: Justin Lin.
Actúan: Vin Diesel, Michelle Rodríguez, John Cena.
Foto: Universal Pictures.