_ La conferencia de prensa de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo del 19 de diciembre puso los reflectores sobre una figura clave en la Independencia de México: Josefa Ortiz Téllez-Girón. Llamada erróneamente solo “La Corregidora” o reducida a la condición de “esposa del corregidor”, su memoria ha sufrido la sombra del machismo histórico. Esta mujer, sin embargo, jugó un papel determinante como estratega y promotora activa de las luchas independentistas.
A la par de figuras como Miguel Hidalgo, su intervención fue el “corazón” de la emancipación, brindando no solo el famoso aviso de la conspiración descubierta, sino también una resistencia persistente que la condujo a prisión y posterior vigilancia. Su vida entera, desde el momento en que se sumó al movimiento insurgente hasta su liberación años más tarde, evidenció una convicción inquebrantable. Este compromiso no solo quedó en aquel célebre episodio del “toque de zapatilla” para alertar a los conspiradores, sino también en sus actos posteriores en favor de la causa.
La presentación del segmento “Mujeres en la historia”, impulsado por la administración actual, subrayó la necesidad de restituir su protagonismo. Josefa no fue un apéndice ni una pieza decorativa; su arrojo y claridad política la volvieron un elemento indispensable en la insurgencia. Su entereza frente al juicio, la cárcel y el hostigamiento de las autoridades virreinales dio cuenta de una tenacidad intelectual y moral que marcó el rumbo del país.
Al destacar la figura de Josefa Ortiz Téllez-Girón, el gobierno de Claudia Sheinbaum busca reivindicar los aportes de las mujeres en el acontecer nacional. Recordar a esta insurgente íntegra y combativa no es solo un acto de justicia histórica, sino también un mensaje contemporáneo para erradicar estereotipos y valorar la agencia femenina en la construcción de una nueva realidad social, política y cultural.
