_ La localidad paleontológica de Santa Lucía, en Zumpango, Estado de México, se consolida como un sitio clave para la comprensión del cambio climático en la Cuenca de México, gracias a la primera tesis de maestría en Ciencias Ambientales centrada en microvertebrados fósiles. El trabajo, defendido el 11 de junio de 2025 por el biólogo José Omar Moreno Flores, se titula *Respuesta de las comunidades de microvertebrados a los cambios climáticos durante el Pleistoceno* y fue realizado en el Tecnológico Nacional de México, campus Zacapoaxtla.
Dirigida por los investigadores Guillermo A. Woolrich Piña y José Alberto Cruz Silva del INAH, con asesoría de Felisa Aguilar Arellano y Joaquín Arroyo Cabrales, la investigación analiza más de 5,400 restos fósiles de anfibios, reptiles, aves y mamíferos recuperados en 78 de los más de 500 puntos de excavación de Santa Lucía. El estudio destaca que las comunidades de microvertebrados —animales vertebrados que pesan entre 2 gramos y 5 kilos en edad adulta— muestran recambios significativos de especies asociados con variaciones climáticas durante el Pleistoceno y el Holoceno.
Entre las 53 especies identificadas figuran ajolotes, sapos, culebras de agua, serpientes de cascabel, tortugas del desierto, patos, garzas, flamencos, ratas canguro y ardillas terrestres. Algunas, como los flamencos o las tortugas del desierto, ya no habitan la región, lo que refleja transformaciones en el ecosistema, especialmente en torno al lago de Xaltocan. Según Moreno Flores, las aves acuáticas fueron el grupo más representado en diferentes etapas, lo cual refuerza la importancia de este ecosistema lacustre en la biodiversidad pasada de la Cuenca de México.
Este trabajo representa un avance en la paleoecología mexicana, al ser uno de los pocos estudios en el país que aplican análisis estadísticos para identificar patrones ecológicos en comunidades fósiles. Además, refuerza el valor científico de Santa Lucía, que actualmente se posiciona como la localidad con mayor diversidad de pequeños vertebrados en el centro de México y la tercera en todo el país, después de las cuevas de Loltún (Yucatán) y San Josecito (Nuevo León).
Felisa Aguilar, coordinadora del Centro de Investigación Paleontológica Quinametzin, subrayó que esta investigación da visibilidad a especies menos llamativas que la megafauna, pero igualmente cruciales para entender los ecosistemas antiguos. El estudio reafirma la necesidad de formar grupos interdisciplinarios que incluyan a especialistas en microfósiles, fundamentales para reconstruir la historia ambiental de México.
