_ En una reveladora entrevista, Sergio Hernández Galindo, investigador de la Dirección de Estudios Históricos, indaga en las repercusiones de la bomba atómica en Japón. Contrario a lo plasmado en la película Oppenheimer, dirigida por Christopher Nolan, el diálogo explora las secuelas humanitarias de las detonaciones sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945. Robert Oppenheimer, líder del proyecto Manhattan, se mostró más interesado en el poder de su creación que en las tragedias a las que se enfrentaría la población nipona.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, mediante el INAH y INAH TV, organizó la entrevista titulada "La bomba atómica, más allá de la película Oppenheimer". El investigador Hernández Galindo conversó con Yasuaki Yamashita, un sobreviviente de Nagasaki, para obtener su perspectiva única sobre los sucesos. A 78 años de los ataques, Yamashita aboga por el perdón y la paz, resaltando que el odio no conduce a soluciones.
La conversación revela que la decisión de atacar Japón con bombas atómicas no fue solo por la situación bélica, sino también por la presión geopolítica. Estados Unidos buscó demostrar su poder a la Unión Soviética, que se unía a la guerra, infundiendo temor con la devastación. Yamashita relata cómo el ataque en Nagasaki no fue el plan original, pero debido a circunstancias imprevistas, la ciudad se convirtió en el blanco. La entrevista ofrece una visión impactante de la experiencia de Yamashita, quien recuerda la luz cegadora y la destrucción que dejó la bomba.
El relato de Yamashita pone de manifiesto el sufrimiento humano que siguió a los ataques atómicos. Las secuelas incluyeron no solo la devastación inmediata, sino también el hambre y la enfermedad. La población se encontró con dificultades para acceder a alimentos básicos, y las secuelas de la radiactividad dieron lugar a problemas de salud duraderos. A pesar del dolor, Yamashita abraza la paz y aboga por la comprensión entre naciones.
Esta entrevista arroja luz sobre las profundas cicatrices que dejaron los ataques atómicos en Japón. El testimonio de Yamashita, un sobreviviente valiente, resalta la necesidad de recordar la historia y trabajar hacia un mundo de paz. La película Oppenheimer puede haber abordado el desarrollo de la bomba, pero esta conversación arroja una perspectiva humana única sobre las consecuencias perdurables.
