Se trata de una prenda que portaba el general liberal al momento de ser fusilado en 1861
Confeccionada con telas de algodón, lana y seda, la pieza forma parte de la colección de indumentaria del Museo Nacional de Historia (MNH), Castillo de Chapultepec
Un chaleco confeccionado con telas de algodón, lana y seda que presenta varios orificios ocasionados por impacto de bala, y que forma parte del acervo de indumentaria del Museo Nacional de Historia (MNH), Castillo de Chapultepec, fue restaurado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). La prenda perteneció al general liberal Leandro Valle Martínez, quien fue fusilado el 26 de junio de 1861.
Durante el proceso de intervención de la pieza, en el Seminario Taller de Restauración de Textiles de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), se encontró un papel manuscrito que decía: a€œChaleco con el que fue fusilado el general Leandro Vallea€, refirió la restauradora Lorena Román, maestra responsable del seminario.
La evidencia fue contrastada con los datos históricos que indican que murió por fusilamiento, lo cual coincide con los orificios que presenta la prenda en la espalda.
La historiadora Amparo Gómez, investigadora del MNH, explicó que Leandro Valle Martínez (1833-1861) fue un general liberal mexicano que luchó al lado del presidente Benito Juárez.
Gómez recordó que la postura liberal de Leandro Valle la heredó de su padre Rómulo Valle, quien militó en las filas insurgentes con José María Morelos y Pavón. a€œEl joven Leandro ingresó al Colegio Militar a los 11 años y combatió en la Batalla del Castillo de Chapultepec, el 13 de septiembre de 1847a€.
Tiempo después, Leandro Valle participó en la Guerra de Reforma y en la Batalla de Calpulalpan, en la que fue derrotado el ejército conservador a€”el 22 de diciembre de 1860a€”, encabezado por Miguel Miramón.
Sin embargo, algunas gavillas conservadoras quedaron diseminadas, por lo que el general Leandro Valle volvió a organizar su ejército, pero fue emboscado por el general Leonardo Márquez a€œEl Tigre de Tacubayaa€, quien lo tomó preso y ordenó fusilarlo en el Monte de las Cruces (Estado de México) el 26 de junio de 1861.
Intervenir el chaleco de Leandro Valle permitió al Seminario Taller de Textiles generar una metodología de restauración y un protocolo para identificar restos de sangre en piezas de valor histórico.
Antes de restaurar la prenda, se efectuó una investigación para conocer su historia. Varias fuentes coinciden en apuntar que probablemente el chaleco fue entregado a la madre del general; ella lo guardó en un armario por 32 años, lo que favoreció las condiciones para su deterioro por larvas de polilla.
En algún momento, la pieza pasó a manos de un hombre llamado Othón Molina, quien lo donó al Museo de Artillería, como consta en el catálogo de 1910, pero al cierre de éste en 1916, su acervo pasó al antiguo Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, donde permaneció por algunos años. En 1940, el chaleco y las colecciones históricas empezaron a trasladarse al que sería el nuevo Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, que abrió en 1944.
A su llegada a la ENCRyM, a la prenda se le hicieron análisis de laboratorio para conocer su estado material como: fibras, colorantes, metales asociados y otros específicos para detectar restos de sangre (hierro y albúmina).
La intervención
Antes de la restauración, la pieza presentaba suciedad acumulada, desgarres del paño de lana, en las costuras y su entretela, ataque de larvas de polilla y manchas de sangre.
La ENCRyM generó una propuesta de intervención para estabilizar las lagunas ocasionadas por daño en la lana (al frente del chaleco), que se confundía con el orificio de salida de la bala.
En el cuello se observan faltantes de tela y una perforación, que de acuerdo con la investigación histórica corresponde al último disparo a la altura de la nuca. a€œNo teníamos la certeza del origen de aquel orificio, pero al realizar los análisis se identificó hierro y plomo, lo que confirmó el impacto. Se colocó una tela de soporte donde había pérdida de textil y al centro quedó un hueco de la entrada de la balaa€.
Durante la intervención en el frente, se colocaron soportes de algodón con puntada invisible. Sobre dichos soportes se adhirió otro textil con un acabado similar al afelpado de la lana original. Este fragmento fue cortado con la forma exacta del faltante y se realizaron costuras puntuales, posteriormente sobre ese injerto, se hizo una reintegración cromática.
Con el asesoramiento de la maestra Lorena Román, los alumnos Aura Ximena García, Gudgrun Yectzin Medina y Cristian Eduardo Rubio participaron en la restauración del chaleco, cuya labor también comprendió la atención de un desgarre en el frente de la prenda ocasionado por una bala, a fin de evitar futuros deterioros y no perder evidencia del suceso histórico.
Tras concluir la restauración, se elaboró el informe y un maniquí siguiendo con todo rigor las formas del textil, cubierto de guata de poliéster y cárdigan de algodón, para mantenerlo en las mejores condiciones de resguardo y exhibición, por tratarse de una prenda histórica.