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Jueves 28 de marzo de 2024

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Abordan actualidad del zapoteco y sus variantes dialectales en la XXX FILAH

Abordan actualidad del zapoteco y sus variantes dialectales en la XXX FILAH

Abordan actualidad del zapoteco y sus variantes dialectales en la XXX FILAH

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Seis hablantes de esta lengua compartieron experiencias vinculadas con las problemáticas que el idioma enfrenta, y los métodos con los que se busca recuperarlo

Coincidieron en que las lenguas indígenas necesitan volver a enseñarse desde los núcleos familiares, y su difusión con apoyo de las nuevas tecnologías


Para muchos de sus hablantes, el zapoteco es el idioma de las nubes, pues se trata de una lengua caracterizada por su sonoridad y lo metafórico de sus vocablos. Como parte del XI Encuentro de Lenguas en Riesgo, realizado en el marco de la XXX Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), la poeta Irma Pineda, oriunda de Juchitán, dio un ejemplo de lo anterior.

En el zapoteco del Istmo de Oaxaca —una de las múltiples variantes de aquel idioma— la palabra “amanecer” se traduciría funcionalmente, dijo, como siadó" guie".

“Pero pensando que en nuestra lengua, siadosignifica azul, y a su vez, el color azul se vincula con la claridad y la luz; do, es lo sagrado o lo grandioso; y guiequiere decir flor, tenemos que la voz siadó" guie" se vuelve toda una imagen: es esa primera luz sagrada del día, que se abre como una flor”.

Reunidos en el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún del Museo Nacional de Antropología (MNA), hablantes zapotecas de diversas regiones de Oaxaca, quienes desarrollan proyectos de recuperación hacia la variante dialectal de cada uno, participaron en una mesa de diálogo moderada por los linguistas Francisco Barriga y Rosa María Rojas, investigadores de la Dirección de Linguística del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En el encuentro académico, a la par que se habló de las virtudes que este idioma brinda a sus hablantes, dada la facilidad que muchos de ellos encuentran para llevar esas metáforas orales al campo de las letras o las artes visuales, también se expusieron las principales problemáticas que han mermado la presencia generacional del zapoteco.

La totalidad del panel, compuesto además de la poeta Irma Pineda, por Filemón Beltrán, de la región oaxaqueña de la Sierra; por Fausto Jiménez, del pueblo de San Bartolo Teotitlán; por Víctor Cata, de Juchitán; por Zeferino Mendoza, de la región de los Valles Centrales; y por Sofía Robles, de San Francisco Cajonos, coincidió en que el zapoteco, lidia hoy con los efectos de una campaña de aniquilación linguística que inició en 1921.

Jiménez comentó que, en su niñez, además de una segregación por su origen, encontró en las aulas una serie de reprimendas físicas impuestas por los maestros monolingues, a fin de que no hablase su lengua: la dizdede la Sierra Sur oaxaqueña.

Una experiencia similar fue la de Beltrán, quien compartió con el auditorio cómo sus abuelos, basados en experiencias aún más fuertes, se negaban a que acudiese a la escuela primaria ya que, preveían, sería castigado por hablar su idioma materno.

Tal situación, coincidieron, ha producido que desde las generaciones nacidas en la década de 1950, muchos oaxaqueños que aprendieron zapoteco en su niñez hayan evitado transferirlo a sus hijos, con el temor de que atraviesen por experiencias similares.

Otro fenómeno que inició en el siglo pasado, en paralelo a dicha campaña de castellanización, es la migración. Los ponentes señalaron que, la búsqueda de mejores oportunidades económicas por parte de hombres y mujeres jóvenes, ha provocado que muchos pueblos oaxaqueños estén habitados mayormente por ancianos, lo que acrecienta la desaparición del idioma en cuanto que los hablantes fallecen sin heredarlo.

En contraste, compartió Beltrán, muchos de quienes migraron a Estados Unidos como ‘braseros’ en las décadas de 1950 y 1960, formaron nuevos núcleos familiares en ciudades como Los Ángeles, de manera que al comunicarse entre sí únicamente en zapoteco, mantienen con solidez su idioma.

“He visto cómo muchos paisanos hablan hoy el zapoteco en Los Ángeles, igual que lo hablaban mis abuelos en Oaxaca”, apuntó al referir que, inclusive, los oaxaqueños avecindados en Estados Unidos, bromean con sus amistades o familiares de México, con la acusación de que han ‘descompuesto’ su idioma al mezclarlo tanto con el español.

A manera de cierre, Cata, Mendoza y Robles comentaron que al igual que cualquier otra lengua, el zapoteco no puede aprenderse en un curso intensivo de dos semanas, sino que, para preservarse, debe enseñarse en el núcleo familiar.

Del mismo modo, añadieron, puede usarse la tecnología para impulsar la enseñanza de un idioma.

Al respecto, Jiménez citó el caso de la asociación civil Bartolenses Unidos, a la cual pertenece, que en junio de este año creó un grupo de WhatsAppen el que se invita a nuevas generaciones a aprender vía remota y voluntaria el idioma conforme con tres niveles: principiantes, intermedios y avanzados, con evaluaciones periódicas y ayudados por la retroalimentación de hablantes de mayor edad.

Este lunes 30 de septiembre, iniciará la decimocuarta edición del Simposio Román Piña Chan, con el tema “500 años de la llegada de Cortés a territorio mexicano”, a las 10:00 horas en el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún. La conferencia magistral, La interacción entre Occidente y Mesoamérica en el siglo XVI, estará a cargo del historiador Luis Barjau, a las 10:15 horas. Posteriormente, a las 11:00 horas, los arqueólogos Pedro Francisco Sánchez Nava y Nahúm Noguera dictarán la ponencia La Isla de Sacrificios antes y después de la Conquista. Un enclave estratégico. A las 11:35 horas, tocará el turno al arqueólogo subacuático Roberto Junco, quien expondrá sobre el Proyecto Subacuático Villa Rica: tras los barcos de Hernán Cortés.

El mismo día, a las 11:00 horas, en el Auditorio Tláloc se llevará a cabo la presentación del libro Arqueología de un arqueólogo. Conversaciones con Eduardo Matos Moctezuma, con la presencia del propio investigador emérito del INAH y del arqueólogo Leonardo López Luján.


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