Dialogan en la ENCRyM sobre lecciones dejadas por los sismos de 2017 - NTCD Noticias
Miércoles 09 de octubre de 2024

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Dialogan en la ENCRyM sobre lecciones dejadas por los sismos de 2017

Dialogan en la ENCRyM sobre lecciones dejadas por los sismos de 2017

Dialogan en la ENCRyM sobre lecciones dejadas por los sismos de 2017

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Especialistas del INAH reconocieron la importancia que, a dos años de la emergencia, ha tenido el diálogo institucional, académico y, sobre todo, con las comunidades afectadas.

La principal enseñanza, apuntaron, debe estar en el diseño de andamiajes de atención más sólidos y ágiles, de cara a la eventual presencia de nuevos movimientos telúricos.


A casi dos años del sismo del 19 de septiembre de 2017 y, con ello, del inicio de los trabajos de recuperación del patrimonio cultural, emprendido la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el universo de bienes históricos vulnerados por el fenómeno natural, investigadores y académicos dialogaron en torno a los avances en la materia.

Tal reflexión tuvo lugar en la mesa de análisis “Sismos y patrimonio cultural: balance de su restauración”, que se desarrolló en el auditorio de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) "Manuel del Castillo Negrete".

El grupo de panelistas, integrado por Salvador Camarena, coordinador operativo de la Oficina de Sismos del INAH, y las titulares de las coordinaciones nacionales de Monumentos Históricos (CNMH) y de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), Valeria Valero y María del Carmen Castro, respectivamente, señaló que los sismos de 2017 fueron un parteaguas a nivel social e institucional.

El INAH, coincidieron, no es el mismo organismo que hace dos años, ya que este tiempo ha estado caracterizado por un “aprendizaje intenso y continuo”, resaltó Camarena al inicio de su participación en el panel, coordinado por los investigadores Bolfy Cottom y Bertha Peña, adscritos a la Dirección de Estudios Históricos (DEH) y a la CNCPC, respectivamente.

Al día de hoy, el avance en la restauración es cercano al 50% del universo total de dos mil 340 monumentos históricos afectados. Ello, agregó Camarena, no solo se debe a las redes de colaboración multidisciplinarias e interinstitucionales que han surgido en el proceso de restauro, sino también al diálogo que se ha generado entre autoridades y comunidades.

En este sentido, Valeria Valero reconoció que una de las tareas más arduas, la cual para el INAH se sitúa en el mismo nivel de importancia que la obtención de fondos y elaboración de proyectos de intervención, es la de la vinculación con la población usuaria de los templos religiosos afectados, y con las autoridades religiosas que los custodian.

“Gracias a una serie de reuniones que hemos tenido, especialmente en las comunidades cuyas iglesias o conjuntos conventuales tienen los daños más severos, nos ha sido posible ofrecer a la gente alternativas en espacios anexos o instalaciones temporales, para mantener su vida religiosa y comunitaria en pie”.

Lo anterior, señaló en coincidencia con María del Carmen Castro, puede verse, por ejemplo, en el santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, en la colonia Guerrero de la Ciudad de México, en cuya fiesta patronal —celebrada cada 2 de agosto— se ha usado un circuito cerrado y diversas herramientas de difusión para permitir la observación de su imagen religiosa, a la vez que se informa a los feligreses de los pormenores en cuanto a los diagnósticos y estudios que se necesitan para la correcta intervención de su templo.

En otros sitios, subrayó la titular de la CNCPC, donde se registraron daños en elementos como torres-campanario, se han tomado medidas como la instalación temporal de las campanas en los atrios, con la finalidad de que éstas puedan seguir siendo tañidas.

“Esto es importante porque las campanas no únicamente cumplen con la función de llamar a misa, también dan avisos cotidianos o incluso notifican cada que ocurre un fallecimiento entre los habitantes de un pueblo”, declaró.

Los panelistas concluyeron que, de cara a la siguiente fase de la atención a los inmuebles históricos y los bienes muebles dañados por el sismo, relativa a la intervención de aquellos que tuvieron mayor afectación, es importante que lo aprendido hasta el momento contribuya, en lo arquitectónico, a tener edificios patrimoniales que soporten de mejor manera los movimientos telúricos.

En cuanto al el tema financiero y de cooperación con terceros o gobiernos y organismos extranjeros, refirieron, los sismos de 2017 deben, necesariamente, construir andamiajes más sólidos y ágiles de atención, y adecuados en lo que concierne al mantenimiento cotidiano que requerirán los monumentos históricos una vez finalizada su restauración.

Cabe destacar que la mesa de análisis referida fue desarrollada a partir de la conjunción de los seminarios “Patrimonio Cultural. Antropología, historia y legislación” y de “Gestión de riesgos para bienes culturales”, que coordinan Bolfy Cottom y Bertha Peña, respectivamente.


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