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Hace unos días vimos en imágenes, transmitidas por televisión y redes sociales, el robo a mano armada en una combi en Naucalpan, Estado de México, en donde un inadaptado asaltante disparó fríamente a un joven de 24 años, quien después falleció.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los robos en el transporte público son de los delitos más cometidos en la Zona Metropolitana del Valle de México y en los días recientes han sobresalido casos que involucran territorio mexiquense.
La Zona Metropolitana del Valle de México incluye la Ciudad de México, 59 municipios del Estado de México y uno más de Hidalgo, Tizayuca, tiene 21 millones de habitantes, se realizan diario entre semana, poco más de 23 millones de viajes utilizando transporte privado, público o bicicleta y caminando más de 11 millones.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el 74.1 por ciento de los habitantes de la Zona Metropolitana usan microbús o combi; Metro, 28.7; taxi de sitio o por aplicación, 10.5; Metrobús o Mexibús, 7.1; tren suburbano, 5.8; autobuses RTP, 2.6; mototaxi, 1.8; otros, 3.5.
Los municipios donde hay un mayor número de asaltos en el transporte público son: Los Reyes La Paz y Valle de Chalco. En Chimalhuacán, Nezahuacoyotl, Ixtapaluca y Chicoloapan, han disminuido mínimamente los robos.
Por supuesto, no se puede soslayar el riesgo al viajar en transporte público en Naucalpan, Ecatepec y Toluca, donde se ha suscitado los últimos incidentes que han tenido el mayor impacto mediático.
El promedio de percepción de inseguridad en el transporte público en el Valle de México es muy alto con respecto a otras zonas de la república. Esa situación no está muy alejada de la realidad por los índices delictivos publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública recientemente.
Una diputada de la 60 Legislatura del Estado de México, Anais Miriam Burgos Hernández propuso hace unos días crear una tarjeta única de acceso para los usuarios de los diferentes transportes públicos en el Valle de México. Muy bien, pero lo urgente es detener la violencia y riesgo que padecen diariamente millones de usuarios y de eso no he visto alternativas, ni locales ni federales.
