_ La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), invita el miércoles 19 de agosto, a las 18 horas, a la conferencia León Trotsky: Vida, obra y pensamiento que impartirá la historiadora Olivia Gall, con motivo del 80 aniversario del trágico y lamentable asesinato del líder ruso, Lev Davídovich Bronstein, mejor conocido como León Trotsky, acaecido el 21 de agosto de 1940, en Coyoacán, en el entonces Distrito Federal.
Este evento, que forma parte de la campaña “Contigo en la distancia”, se llevará a cabo en línea a través de las plataformas contigoenladistancia.cultura.gob.mx de la Secretaría de Cultura y en el las redes sociales del INEHRM, en Facebook /inehrm.fanpage y Twitter @inehrm.
Ramón Mercader, alias Jacques Mornard o Frank Jackson, llevó a cabo el atentado contraTrotsky. Haciéndose pasar por un periodista belga, y con la complicidad de uno de los guardias, el 20 de agosto de 1940 logró entrar al estudio de su casa en Coyoacán y aprovechó una distracción para clavarle un piolet en el cráneo, por lo que fue llevado a un hospital donde murió al día siguiente.
Trotsky ya había salido ileso de un primer atentado ejecutado el 24 de mayo del mismo año, por el militante comunista y pintor David Alfaro Siqueiros, quien junto con grupo de camaradas disfrazados de policías y militares lanzó un ataque armado contra la casa de la calle de Viena, en Coyoacán.
Desde su desembarco en el puerto de Tampico, el 9 de enero de 1937, León Trotsky se integró a la historia de México y, México, a la historia de la izquierda universal.
Si bien la tradición pro soviética había empezado a arraigarse en México desde la fundación del Partido Comunista Mexicano en 1919, el arribo de líder comunista ruso ocasionó discusiones, debates, acusaciones y divisiones en la izquierda mexicana.
De forma inédita, el gobierno mexicano del presidente Lázaro Cárdenas fue el único en otorgar asilo a Trotsky, quien era perseguido por los aparatos policiales del régimen de Iósif Stalin.
La presencia del exiliado ruso evidenció la dependencia intelectual, moral y económica de los líderes de la izquierda mexicana respecto a los designios de Stalin, la Internacional Comunista (también llamada II Internacional) y Moscú.
Los militantes comunistas mexicanos siguieron la “línea” de sus dirigentes y participaron en manifestaciones de repudio al político opositor, hasta el grado de planear una “acción directa” para matarlo.
Asesorados por agentes de inteligencia y la milicia soviética estalinista se organizaron tres células para llevar a cabo el asesinato de Trotsky. La primera, encabezada por el pintor David Alfaro Siqueiros, quien había combatido en la guerra en España y era organizador de los comunistas mexicanos, cuyo primer atentado fracasó.
La segunda con Ramón Mercader, reclutado por Nahum Isaákovich Eitingon, un oficial soviético conocido como el agente Kotov. Y, la tercera, con Robert Sheldon Harte, uno de los guardias de la casa de Trotsky, quienes actuaron juntos en el segundo y certero atentado.
Pese al acoso al que estaba sometido, León Trotsky escribió artículos y libros relativos a los procesos de Moscú, a la personalidad de Stalin, a sus instrumentos policiales y a su acercamiento político con Hitler.
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