_ Con la llegada del verano, millones de personas aprovechan los días soleados para nadar, refrescarse y pasar tiempo en piscinas. Sin embargo, este disfrute puede traer consigo una de las infecciones más comunes de la temporada: la otitis del bañista. Esta afección del oído externo suele presentarse tras inmersiones prolongadas en agua y es una de las principales consultas médicas durante los meses de calor.
De acuerdo con el doctor Julio Maset, experto médico de la farmacéutica Cinfa, el calor y la humedad en el conducto auditivo crean un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias. Esto puede derivar en molestias como picazón, dolor, secreciones o disminución de la audición, por lo que es fundamental tomar medidas preventivas antes de que aparezcan los síntomas.
Algunas de las recomendaciones más efectivas incluyen secar bien los oídos al salir del agua, utilizar tapones de silicona y gorros de natación, limitar el tiempo de permanencia en la piscina y elegir instalaciones con buen mantenimiento y niveles adecuados de cloro. Estas acciones simples pueden marcar la diferencia entre disfrutar el verano o terminar en consulta médica.
Además de la otitis, el agua de piscinas con deficiente higiene puede facilitar otras infecciones como hongos en los pies, conjuntivitis, irritaciones cutáneas e incluso enfermedades estomacales por virus o bacterias. Por ello, acudir al médico ante cualquier síntoma sospechoso es una medida preventiva esencial para cuidar la salud en esta temporada.
Para una experiencia segura, las familias deben priorizar la higiene y la prevención, recordando que la diversión acuática no está reñida con el cuidado del cuerpo. Tomar conciencia de los riesgos ayuda a reducir infecciones y mantener un verano saludable.
