_ El cambio de cálculo para las pensiones basado en la Unidad de Medida y Actualización (UMA) en lugar del salario mínimo sigue generando controversias, especialmente para los pensionados del IMSS e ISSSTE. Desde su implementación en 2016, la UMA ha limitado los incrementos en las pensiones al basarse en la inflación, mientras que el salario mínimo ha tenido aumentos significativos, alcanzando incrementos superiores al 20% anual en los últimos años.
Para 2025, se espera que la UMA mantenga un crecimiento promedio del 5%, en contraste con las proyecciones de un aumento superior al 10% en el salario mínimo. Este desfase perpetúa el rezago en el poder adquisitivo de los pensionados, afectando su capacidad para cubrir necesidades básicas en un contexto de creciente inflación.
La UMA, introducida para desindexar el salario mínimo como base de cálculos económicos y obligaciones fiscales, permite estabilidad en impuestos y derechos. Sin embargo, su aplicación en pensiones ha tenido un impacto adverso, ya que los ingresos de jubilados y pensionados no reflejan el mismo crecimiento que las remuneraciones laborales.
Aunque se han hecho gestiones para que las pensiones se ajusten al salario mínimo en lugar de la UMA, no se han implementado reformas legislativas. Esto sigue siendo un desafío para los beneficiarios que dependen de estas pensiones para su sustento, mientras el costo de vida sigue aumentando.
En 2025, la desindexación del salario mínimo continuará siendo un tema de debate, con llamados a legislar para garantizar un trato equitativo a los pensionados. La reforma de 2016, aunque moderna en su concepto, ha creado disparidades que afectan a millones de mexicanos, evidenciando la necesidad de ajustar estas políticas.
