Tapati Rapa Nui: El festival cultural, deportivo y tradicional más importante de la Isla de Pascua - NTCD Noticias
Viernes 29 de marzo de 2024

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Tapati Rapa Nui: El festival cultural, deportivo y tradicional más importante de la Isla de Pascua

Tapati Rapa Nui: El festival cultural, deportivo y tradicional más importante de la Isla de Pascua

Tapati Rapa Nui: El festival cultural, deportivo y tradicional más importante de la Isla de Pascua

_ El Festival Tapati Rapa Nui es el evento cultural, deportivo y tradicional más esperado de la Isla de Pascua, territorio de Chile, que ha ayudado a fomentar y conservar las tradiciones y la cultura de este pueblo de origen polinesio entre las nuevas generaciones.

Así lo consideró Priscila Osorio, encargada del desarrollo de los Rapa Nui y representante de los pueblos originarios del país sudamericano, invitado especial en la IV Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México (FCIPBO-CDMX) 2017.

Para la promotora de la cultura indígena “la única manera de que los jóvenes se interesen realmente por la cultura es a través de este festival en que pueden participar activamente y sentirse emocionados por competir en las diferentes actividades que se realizan”.

Tapati Rapa Nui es una gran fiesta anual que desde hace más de 40 años se celebra en la isla durante la primera semana de febrero. El objetivo es rendir homenaje a las tradiciones ancestrales de los Rapa Nui, a la vez que se reúnen los diferentes clanes para revivir, compartir y conservar la identidad cultural que los identifica en todo el mundo.

“Lo más importante de la Tapati es que toda la gente vea que nuestra cultura sigue viva, que nuestras raíces están firmes y que nosotros pretendemos mostrársela al resto del mundo”, aseguró Priscila Osorio.

La festividad dura 15 días y noches con distintas actividades folclóricas, gastronómicas, musicales, dancísticas y mitológicas, así como competencias deportivas ancestrales de alto riesgo que se llevan a cabo en la laguna del cráter Rano Raraku, con pruebas como “Vaka ama”, “Aka venga” y “Pora”, en las que los participantes —adornados con su vestimenta tradicional— deben demostrar su destreza física remando, nadando y cargando peso.

“Los clanes están orgullosos de su cultura y quieren participar. Son alrededor de 200 personas en su conjunto las que preparan la fiesta con un año de antelación y asisten. En el fondo, quien gane las competencias obtiene el honor que tuvieron sus ancestros”, comentó la representante Rapa Nui.

Al final de la Tapati se elige una reina, que previamente tuvo que pasar una serie de pruebas y competiciones para demostrar que puede representar a la Isla de Pascua durante el resto del año. Es un acto simbólico que le recuerda a la comunidad las rivalidades que existían entre los antiguos clanes que gobernaban el territorio.

El hogar de los Rapa Nui

Aunque geográficamente la Isla de Pascua forma parte del continente de Oceanía y está ubicada en medio del Océano Pacífico, políticamente pertenece a Chile, condición que ha marcado la historia de lucha por sus derechos y por su territorio, de gran riqueza natural.

“A diferencia de otros grupos indígenas de Chile, nosotros estamos tan alejados del país que muchas potencias mundiales han estado interesados en la isla, por ser un lugar estratégico tanto militar como comercial”, compartió Priscila Osorio.

Por lo tanto, dijo, “nosotros los Rapa Nui peleamos por nuestro derechos territoriales (de su reserva ecológica y arqueológica, así como de sus mares), levantamos fuerte la voz y somos escuchados; cada vez que tenemos algún problema con el gobierno, actuamos directamente y nos hacemos presentes en las Naciones Unidas”.

Por último, Priscilla Osorio consideró que para la defensa de sus derechos, lo más importante “es que nuestros hijos se eduquen, sean profesionales y en el futuro nos defiendan, conservando nuestra identidad cultural. Periódicamente los pueblos originarios de Chile asisten a esta clase de encuentros para trasmitir nuestro conocimiento, intercambiar ideas y ser más fuertes entre todos”.

Diversidad cultural en la procuración y administración de justicia

Durante la ponencia “La diversidad cultural en la procuración y administración de justicia”, que tuvo lugar en el Foro Carlos Montemayor, el antropólogo René Ramírez Pérez —integrante de la Organización de Traductores, Intérpretes Interculturales y Gestores en Lenguas Indígenas, que auxilia en la procuración de justicia para los indígenas— expuso sobre las legislaciones que reconocen los derechos de los pueblos ancestrales de México.

Subrayó las diferencias sociales, culturales y legales de los pueblos originarios con el fin de mostrar la pluriculturalidad del país. “En los últimos 30 años se han integrado las cuestiones culturales de los pueblos indígenas en las reformas constitucionales y su aplicación en el marco jurídico”, puntualizó.

Uno de los puntos más destacados sobre el reconocimiento de los derechos indígenas es la participación de intérpretes y traductores para los indígenas en asesorías legales y tribunales “de acuerdo a sus especificaciones culturales”, agregó Ramírez Pérez.

Versos indígenas en el territorio nacional

En la conferencia “Narrativa por intérpretes y traductores en lenguas indígenas”, impartida en el Foro Carlos Montemayor por Lorenzo Hernández Ocampo, traductor y escritor mixteco del estado de Oaxaca, se abordó la traducción al mixteco de obras poéticas escritas originalmente en español como Piedra de sol, del escritor Octavio Paz.

Con la colaboración de Ignacio Martínez Morales, maestro en Juicios Orales y Derechos Humanos y traductor certificado del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, y Reyna Antonia Miguel, hablante de la lengua chinanteca, originaria de San Lucas, Oaxaca, se analizaron los retos y dificultades al traducir literatura a sus lenguas maternas.

En ese mismo foro tuvo lugar un recital de poesía titulado “Fiesta de la palabra, canto a la diversidad”, en el que Lorenzo Hernández Ocampo, poeta mixteco de Oaxaca; Pedro Martínez Escamilla, poeta náhuatl de Hidalgo; Jaime Chávez Marcos, poeta otomí de Hidalgo, y Alfredo Santiago Gómez, poeta totonaco de Puebla, moderados por el promotor cultural Manuel Cuautle, recitaron poemas en su lengua materna en los que abordan temas como el necesario retorno a la infancia (Volvamos), la valiosa labor de los médicos tradicionales (Médico tradicional), la palabra de la lluvia (Diálogo de canto) y los sentimientos (Todo es amor).

“¿Náhuatl para qué? Recursos didácticos para aprender la lengua náhuatl” fue la presentación editorial en el Foro Centzontle, donde Juan Anzaldo, editor de Ce-Ácatl Editorial, dijo que el conocimiento de esta lengua “posibilita subir un eslabón en la cadena milenaria de las culturas originarias”, porque permite expresar la cosmovisión de los pueblos, su cultura, principios y valores.

Aseguró que “es posible revitalizar y volver funcionales las lenguas olvidadas o poscritas”, y que aprender náhuatl concede una amplia y cercana noción de la diversidad cultural del país, sus regiones, tradiciones, oportunidades y dificultades. También el significado de nombres de lugares, nombres propios, montañas, ríos, lagos, utensilios, entre otras cosas.


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