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La emergencia sanitaria es considerada por los Estados Nación como la amenaza actual más importante, sumada a guerras comerciales y tecnológicas, crisis humanitarias y a conflictos armados en algunas zonas del planeta, coincidieron expertos de la UNAM.
En la conferencia virtual “La metamorfosis de la Geopolítica ante la COVID-19”, señalaron que serán inevitables cambios internacionales como el cierre de brechas entre China y Estados Unidos, y una nueva reconfiguración global derivada de la contingencia.
Yadira Gálvez Salvador, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, señaló que personas, gobiernos, empresas y organizaciones internacionales se encuentran a la expectativa, y toman decisiones con inmediatez, a partir de la evolución de la pandemia, lo que genera disrupciones y cambios que se observan de manera gradual.
En tanto, Enrique Dussel Peters, de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía (FE), resaltó que las características socioeconómicas de China y la omnipresencia de su sector público permitieron un rápido control del virus, lo que no ocurre con otras naciones.
COVID-19, la amenaza más importante
Gálvez Salvador indicó que en el mundo, la emergencia sanitaria se considera la amenaza actual más importante de los Estados, pues se suma a otras dificultades ya presentes, como la guerra comercial y tecnológica entre la Unión Americana y China, el incremento de los conflictos no convencionales y las guerras en zonas que ahora deben afrontar dos tipos de crisis: la humanitaria y la de salud.
“No se debe perder de vista la seguridad humana, que hoy toma un papel relevante porque la pandemia ha significado un cambio vertiginoso, una amenaza a la vida, al bienestar y a las libertades de los individuos; uno de los temas que tendrán que afrontar los Estados es cómo atender la profunda crisis de desarrollo social y económico”, enfatizó.
En este panorama, se deben considerar dos temas de análisis: ningún Estado estaba preparado para enfrentar una contingencia como la que vivimos, y la seguridad nacional, pues es preciso tomar en cuenta el tipo de amenaza que representa y el impacto que genera, cómo enfrentar con recursos propios la situación y hacer alianzas entre los sectores social y privado.
“El coronavirus reveló contradicciones de la propia globalización y vamos a seguir viviendo con esta crisis, pues lo estudios científicos señalan que enfrentaremos etapas de confinamiento; esto es un reto para las capacidades de los gobiernos y las naciones. La competencia geopolítica por el liderazgo será una tensión permanente entre los organismos y la globalización, que se mantendrá con otras estructuras y otra dinámica”, subrayó.
China y EU
Dussel Peters comentó que en el contexto de la crisis sanitaria por la COVID-19, existen oportunidades para México, siempre y cuando se tomen medidas concretas para una asociación estratégica integral con China, de lo contrario caerán inversiones como el comercio.
Por el momento, resaltó, el único país que ha respondido la solicitud de ayuda para tener acceso a respiradores, ventiladores y otros insumos necesarios durante la crisis sanitaria, ha sido China, y “mientras no exista una vacuna, se debe convivir entre este país asiático y Estados Unidos”.
Expuso que la competencia entre EU y China va más allá de la administración Trump, y México aparentemente se ha beneficiado de ello al convertirse, en 2019, en socio comercial de la Unión Americana.
Sin embargo, “tenemos que acostumbrarnos a guerras tecnológicas, de exportaciones, de persecución de empresas, y a la profundización de la desintegración entre estas potencias”.
Dussel Peters exhortó a revisar propuestas concretas en el ámbito de la cultura, política, comercio e inversión mexicana hacia China, que no han sido retomadas y que pueden incentivar una relación a corto, mediano y largo plazos.
Finalmente, refirió que de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, como resultado del impacto económico por la COVID-19 se cerrarán brechas entre China y EU. El país asiático crecerá menos, pero Estados Unidos caerá a menos seis por ciento.