_ La antropóloga social dio aportes significativos al Programa Nacional Etnografía de las Regiones Indígenas de México
El sensible fallecimiento de la antropóloga social Marisela Gallegos Devéze (1943-2020), investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), representa la pérdida de una profesional que, como pocos, se adentró en el conocimiento de los principales grupos étnicos que habitan en el Estado de México: matlatzincas, mazahuas, nahuas, atzincas y otomíes, entre otros, a los que dedicó más de cuatro décadas de trabajo.
Con estudios de posgrado en Antropología Médica e, incluso, en Letras Españolas, la maestra Gallegos se desempeñó en dependencias del INAH como la entonces Dirección de Centros Regionales (1975), en el Museo Nacional de Antropología y en el Departamento de Etnología Social y Antropología.
Su llegada en septiembre de 1978, al Estado de México, definió su carrera y comenzó a estudiar a los matlatzincas, un grupo etnolinguístico minoritario de la entidad que, no obstante, “fue hegemónico en la época prehispánica”, puntualizaba la especialista.
En la década de los 80, al coordinar una serie de Encuentros Académicos de los Grupos Étnicos del Estado de México, fue creciendo su interés por la población indígena mexiquense.
“En los años siguientes optamos por salirnos de los recintos educativos y realizar los encuentros en las comunidades de estos grupos. Así, por ejemplo, fuimos al Centro Ceremonial Mazahua donde nos recibieron con flores y después de una salutación a los cuatro vientos, se iniciaron los trabajos (…).
“En otra ocasión hicimos el evento entre los atzincas de San Juan Atzingo, allí escuchamos conmovidos cómo los infantes del preescolar de la comunidad entonaron con fervor el Himno Nacional en su lengua ocuilteca, lo que nos hizo cimbrar”.
Estas vivencias fueron nutriendo a la antropóloga Gallegos, quien siempre estuvo comprometida con la docencia en diversos niveles escolares, desde el básico hasta el superior; además de su gusto por impartir conferencias en diversas comunidades y así divulgar la riqueza cultural de los pueblos indígenas del Estado de México, a un público más amplio.
Recordaba con gusto la vez que fue invitada por el pueblo de Xalatlaco a documentar su danza tradicional de arrieros, en ocasión de su festividad patronal: “Esta danza la constituyen los tequixtis, encargados de organizar la cuadrilla integrada por unas cien personas, siendo los principales personajes por orden de jerarquía: el patrón, el mayordomo, el corredor de carga, otros cargadores que lo ayudan, el sabanero, el atajador, después el pascualito y por último los arrieros, que son numerosos.
“Acompañados de música de viento, danzan durante casi todo el día representando cómo organizaban el sistema de la arriería en la antiguedad, cargando las distintas mercancías y productos que transportaban en mulas y asnos, al tiempo que bailan y dicen sus parlamentos, van repartiendo galletas y panecillos a los asistentes”.
Asimismo, la investigadora del Centro INAH Estado de México era una conocedora de la festividad de Día de Muertos entre los otomíes, los mazahuas, los matlatzincas y los nahuas.
Con toda esta experiencia, no es de extrañar que la maestra Marisela Gallegos fuera una pieza fundamental del equipo Estado de México del Programa Nacional Etnografía de las Regiones Indígenas de México, iniciativa sustancial del INAH que, en su opinión, “fue una gran experiencia y un gran paso para poner a nuestra disciplina a la altura de los retos del nuevo milenio”.
En 2016, publicó, para el Atlas Etnográfico Los pueblos indígenas del Estado de México, el artículo "Del altépetl a la hacienda. Historia y proceso de configuración en el Estado de México”.
En los últimos años, la antropóloga elaboró un estudio completo sobre los matlatzincas de la comunidad de San Francisco Oxtotilpan, del municipio de Temascaltepec, el cual expone sus formas de vida, de relación con la naturaleza y con los suyos, sus fiestas comunales, lengua, creencias, rituales y su acendrada identidad étnica.
Otro estudio más lo dedicó al ciclo festivo a Santiago Apóstol entre los hñahñu (otomíes) de Temoaya.