_ Esta asamblea representa el órgano máximo de la institución y en esta sesión, como nos acaba de dar cuenta el señor director, se han logrado importantes avances para el instituto. Todo lo aprobado se encuentra alineado con dos de los principios que rigen está administración: la honestidad y la austeridad.
Veo con agrado la continuidad y coherencia en las acciones del instituto, siempre en pro de las y los mexicanos. La aprobación del nuevo estatuto orgánico en el cual ha quedado eliminada la duplicidad de funciones y la consolidación de la función de la Contraloría, entre otras adecuaciones, dan muestra clara de que esos principios son el horizonte que miramos y el piso por el que tenemos que transitar.
Todas ellas son muestras de la mejora en el diseño de esta institución que, desde la década de los setentas del siglo pasado, es garante del derecho de acceso a una vivienda digna establecido en el artículo 4 de nuestra Constitución, por lo que el gobierno de México la respalda.
Como titular de la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de los derechos humanos, me siento sumamente complacida por los resultados que hoy nos presenta su titular, mi amigo Carlos Martínez Velázquez, y por la disposición mostrada por las y los consejeros.
Desde su fundación, los programas del Infonavit se han diversificado y se han adaptado a las necesidades de las y los trabajadores, en un escenario por demás fluctuante e impredecible, pero por décadas las acciones de vivienda no alcanzaron a un porcentaje importante de los trabajadores, por ello, celebro otro de los puntos tratados en esta asamblea ordinaria, la votación para las nuevas reglas de operación del consejo de administración.
Eliminar pagos a consejeros suplentes mejorará sin duda la toma de decisiones, informar cada año al Congreso genera transparencia, indispensable en democracia. La propuesta de revocación de poderes otorgados a despachos sin fecha de caducidad derivada de una revisión exhaustiva al interior del Infonavit, favorece la honestidad y eficiencia en el manejo de los recursos.
Todo lo anterior hace corroborar que la transformación del Infonavit en esta Cuarta Transformación es una transformación de fondo.
Como todos ustedes saben el señor presidente López Obrador, ha inaugurado una etapa de cambio en la administración pública federal que antepone la dignidad humana y el bienestar general a otros intereses; y en general a un modelo de desarrollo económico que ha dado importantes signos de agotamiento.
La Cuarta Transformación de la vida pública de México pugna por un nuevo modelo de gobierno en el que el cálculo político y el dispendio de recursos, no sean más importantes que el bienestar de las y los mexicanos. Estamos, además, en tiempos inéditos que acrecientan el fracaso del modelo neoliberal y que exhibe sus peores defectos.
La crisis global causada por la pandemia del Civid-19, vino sin duda a demostrar con mayor fuerza, más que nunca, que un modelo rapas y depredador de los recursos naturales que solo piensa en la reproducción del capital y no en la vida, es un modelo ya insostenible.
Estoy segura que el modelo o que el desarrollo urbanístico, la planeación territorial, el crecimiento de las ciudades y el desarrollo inmobiliario, temas que conciernen, quizá más que a ninguna otra institución del Estado, al Infonavit son pilares claves para un nuevo modelo de sociedad, uno en el cual la brecha de la desigualdad se reduzca con acciones conjuntas y alineadas a un desarrollo sustentable.
Este es un gobierno que apuesta por el cumplimiento y expansión de los derechos, y el derecho a la vivienda es uno de los que más interesan al señor presidente de la República. No se trata únicamente que la gente tenga acceso a una casa, sino que esta cumpla con una serie de requisitos indispensables para el sano desarrollo de las personas que la habitan y que sea una vivienda digna.
En andamiaje institucional que habrá de darle cumplimiento a ese derecho, tiene que ser lo suficientemente eficaz, moderno y humano para lograrlo. Desde 1917 se planteó que el derecho a la vivienda guardaba una estrecha vinculación con otros de su mismo género, como el derecho al trabajo y a un ingreso digno.
Es decir, nuestra Constitución se ha preocupado de manera holística por los derechos sociales; sin embargo, el cumplimiento real de estos derechos dista mucho de alcanzarse únicamente por estar plasmados en nuestra Constitución, y por ello, la existencia de instituciones como el Infonavit cobra más relevancia que nunca.
La garantía de los derechos se torna más importante que el texto mismo que los consagra, por ello, es indispensable poner atención al andamiaje institucional que pueda crear las condiciones de acceso a los millones de familias mexicanas que viven en una situación de pobreza y a veces de pobreza extrema.
La realidad exige respuestas inmediatas, los retos que enfrentamos hoy deben ser solucionados mediante acciones concretas que se tomen articuladamente en todas las instituciones del Estado y con los sectores interesados. Desde 1972 el Infonavit ha sido para ello una pieza fundamental.
Hoy desde la administración transparente y eficiente de sus recursos y con base en los principios de tripartidismo, autonomía de gestión y su naturaleza social, el instituto y sus miembros serán parte fundamental en la construcción de esta nueva sociedad.
Muchas gracias.
