_ El delito de trata de personas, una violación extrema a los derechos humanos, ha aumentado en el siglo XXI debido a diversos factores, como la crisis en el sistema judicial, la falta de denuncias y la tolerancia a las violencias. Según Mario Luis Fuentes Alcalá, titular de la Cátedra Extraordinaria "Trata de Personas" de la UNAM, la falta de estadísticas consistentes y la falta de identificación de víctimas dificultan el combate contra este flagelo global.
El Día Mundial contra la Trata de Personas, conmemorado el 30 de julio, resalta la creciente preocupación en el mundo por este fenómeno. Las medidas contra la trata parecen deteriorarse, especialmente en países en desarrollo, donde las tasas de detección han caído un 11% en 2020 y las condenas un 27%. La pandemia de COVID-19 ha agravado la situación, volviendo aún más clandestino este delito y aumentando los riesgos para las víctimas.
La trata de personas es un delito rentable e impune que abarca la explotación sexual, laboral, mendicidad y matrimonio forzado. El sistema judicial castiga el delito demostrable, lo que dificulta obtener estadísticas precisas. Se han documentado casos de "enganche" a través del enamoramiento en las redes sociales, y personas en tránsito o migrantes también son vulnerables. La desconfianza en las autoridades y la falta de denuncias son obstáculos en la lucha contra este flagelo.
La UNAM, a través de la Cátedra Extraordinaria "Trata de Personas", ha impulsado investigaciones, diplomados y cursos para abordar este problema y fortalecer las capacidades profesionales. Es fundamental promover la denuncia y comunicar el riesgo para llegar a todas las víctimas y no dejar a nadie atrás en la lucha contra la trata de personas.