_ Se inauguran las exposiciones Azul de lontananza. Joaquín Clausell y sus contemporáneos; Del alarife al arquitecto: Francisco Guerrero y Torres. Alarife de la Ciudad de los Palacios; y Pedro Ramírez Vázquez. Arquitecto de la modernidad
Se contará con la presencia del Ensamble de Alientos de la Escuela de Música Vida y Moviento del Centro Cultural Ollin Yoliztli
También se llevará a cabo una presentación en video mapping sobre la arquitectura del patio central del recinto, inspirado en la última etapa constructiva y momentos clave de su historia
En el marco de las actividades realizadas por los 50 años de la apertura del Museo de la Ciudad de México, el recinto de la Secretaría de Cultura, a través de la Coordinación de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Ciudad de México, inaugura las exposiciones Azul de lontananza. Joaquín Clausell y sus contemporáneos; Del alarife al arquitecto: Francisco Guerrero y Torres. Alarife de la Ciudad de los Palacios; y Pedro Ramírez Vázquez. Arquitecto de la modernidad.
En el acto inaugural, se contará con la presencia del Ensamble de Alientos de la Escuela de Música Vida y Moviento del Centro Cultural Ollin Yoliztli, además de llevarse a cabo una presentación en video mapping sobre la arquitectura del patio central del recinto, inspirado en la última etapa constructiva y momentos clave de su historia.
El inmueble que alberga al museo se edificó en 1776 por el arquitecto criollo Francisco Antonio Guerrero y Torres. Fue hasta 1931 a€”después de haber funcionado como palacio, vecindad y accesoriasa€” que el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya fue declarado patrimonio nacional. Posteriormente, en 1960, el entonces Departamento del Distrito Federal decretó que el inmueble se convertiría en la sede del Museo de la Ciudad de México, que abrió sus puertas el 31 de octubre de 1964, tras una remodelación realizada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.
A partir de 2002, el Museo de la Ciudad de México emprendió un cambio sustancial en sus espacios: el arreglo de la fachada, la reapertura de la biblioteca Jaime Torres Bodet, la inauguración de la Librería del Pórtico a€”ahora Librería Guillermo Tovar de Teresa del Fondo de Cultura Económica, inaugurada recientementea€” y la restauración del estudio de Joaquín Clausell. Desde entonces, su actividad ha sido permanente, recibiendo en sus salas de exposición y salones de conferencias a destacados artistas nacionales e internacionales.
Azul de lontananza, Joaquín Clausell y sus contemporáneos
Bajo la curaduría de Luisa Barrios, esta exposición pictórica evoca el entorno estético de uno de los habitantes ilustres de la Casa de los Condes de Santiago de Calimaya: el pintor Joaquín Clausell.
Clausell es autor de una de las obras de arte más originales producidas en pintura mural a principios de siglo XX, localizada en la parte superior del edificio de la casa de los Condes de Santiago de Calimaya, ahora Museo de la Ciudad de México. Cabe mencionar que la obra mural del estudio de Clausell, antecede cronológicamente al movimiento muralista mexicano.
Aunque abogado de profesión, Joaquín Clausell ejerció la pintura de forma constante y prolífica. Fue un personaje beligerante y en su juventud encabezó importantes manifestaciones contra acciones injustas del poder y en torno a la no reelección. Durante su exilio en Estados Unidos (1893), y en Francia (1894), tuvo la oportunidad de asimilar otros estilos pictóricos de finales del siglo XIX, como son el impresionismo y el simbolismo.
El pintor mexicano se relacionó con algunos de los artistas europeos prominentes como fue el caso de Camille Pissarro, en cuyo taller de la ciudad de Rouen, asistían Monet y a Paul Cézanne. A su retorno al país, en 1896, Clausell se integró al medio artístico local. Tuvo relación con el pintor Alberto Fuster, en 1902 y con Gerardo Murillo, el Dr. Átl, forjó una gran amistad donde compartió largas horas de práctica pictórica al aire libre.
En esta exposición se distingue al pintor Joaquín Clausell por medio de una revisión de su producción pictórica en torno al género de paisaje, confrontada a la obra de sus colegas contemporáneos. Como resultado, nos encontramos con el contraste entre los diferentes estilos de la época, y evidencia las aportaciones específicas de Clausell como introductor del estilo impresionista en el arte mexicano.
La muestra reflexiona, a través del testimonio visual artístico de principio del siglo XX, sobre los cambios en el entorno natural, resultado de un fenómeno de desarrollo, modernización y tecnificación. Las obras seleccionadas a€œretratana€ al paisaje tal como fue en el momento activo de Clausell.
La exposición contiene 40 obras pictóricas de artistas, además de Joaquín Clausell, destacan Diego Rivera, Gerardo Murillo, Dr. Átl, Severo Amador, Pedro Galarza Durán, Mateo Saldaña, María E. Ibarrola, Guillermo Gómez Mayorga, Alberto Garduño, Alfredo Ramos Martínez, Gilberto Chávez, entre otros, procedentes de colecciones institucionales y particulares.
Asimismo, se exhiben 64 documentos epistolares y hemerográficos sobre Clausell, así como manuscritos del artista, material filmográfico y fotográfico de época.
Del alarife al arquitecto: Francisco Guerrero y Torres. Alarife de la Ciudad de los Palacios
Esta muestra, está conformada por dos secciones: la primera, titulada Francisco Guerrero y Torres. Alarife de la Ciudad de los Palacios, reflexiona sobre el legado arquitectónico barroco, que Guerrero y Torres realizó en la Ciudad de México, siendo una de sus principales obras el Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya. En esta sección se presenta el contexto social, político y económico de la época de la Nueva España en que vivió el artista, y que permitió la creación de una serie de palacios que en aquel momento se llamaron a€œcasas grandesa€.
La segunda sección parte de la década de los años 70a€™s a€”del siglo pasadoa€”, cuando el edificio fue remodelado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez para convertirse en el Museo de la Ciudad de México, dentro de una línea de política cultural que permeó la identidad de la ciudad como un ejemplo de modernidad a través de edificios públicos culturales, cívicos y religiosos para toda Latinoamérica.
La remodelación del inmueble, bajo la óptica de Ramírez Vázquez a€”quien consideró que la arquitectura no era una obra de autor sino una técnica al servicio de los demása€”, adquiere una redimensión que a la postre presenta al visitante espacios donde pasado y presente se conjugan con resultados afortunados.
La educación que recibió Guerrero y Torres (1727-1792), en una época anterior a la fundación de la Academia de San Carlos (1781), fue una formación gremial en la que tuvo que pasar por los procesos de ser aprendiz y oficial para finalmente ostentar uno de los más altos rangos a los que podía aspirar un arquitecto: ser Maestro Mayor del Palacio Real, de la Catedral y de las obras de la Inquisición. a€œAlarifea€, fue un término que se utilizó para nombrar a un arquitecto o maestro de obras.
Guerrero y Torres perteneció a la sociedad novohispana ilustrada, caracterizada por la investigación y divulgación de las ciencias y los primeros estudios sistemáticos del pasado prehispánico, tanto de sus monumentos como sus conocimientos astronómicos y matemáticos. Fue en este ambiente que se convirtió en el arquitecto de moda de la época.
La exposición analiza el contexto político y social de la época de la Nueva España en que vivió Guerrero y Torres que influyeron en su estilo: un barroco con influencias neoclásicas. Desde esta perspectiva se realiza una lectura a partir del presente sobre el desarrollo de cinco inmuebles que construyó en la Ciudad de México durante la segunda mitad del siglo XVIII y que han sobrevivido hasta nuestros días.
El Palacio de los Condes de Santiago Calimaya (Museo de la Ciudad de México); la Capilla del Pocito (ubicado a un costado del cerro del Tepeyac, en la Villa de Guadalupe); el Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso (oficinas y sucursal de Banamex); Palacio de los marqueses del Jaral de Berrio (actualmente conocido como Palacio de Iturbide, de Fomento Cultural Banamex); y Mayorazgo de Guerrero (dos edificios ubicados sobre las calles Moneda y Correo Mayor; el primero funciona como laboratorio del INAH y el segundo como una plaza con locales comerciales), son las cinco construcciones de las que se hablará en la exposición.
Además de incluir objetos, libros y pinturas originales del siglo XVIII, maquetas y reproducciones arquitectónicas del siglo XX y XXI que pertenecen al acervo del Museo de la Ciudad de México, y 38 fotografías contemporáneas de los recintos, así como detalles arquitectónicos significativos de su obra arquitectónica.
Pedro Ramírez Vázquez, arquitecto de la modernidad
Como parte de un gran proyecto educativo y cultural en la Ciudad de México, durante la década de los años 60a€™s, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez realizó la restauración del Antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, época en la que se construyeron los museos más emblemáticos de la modernidad en México: el Museo de Antropología e Historia y el Museo de Arte moderno.
En 1931 el edificio localizado en Pino Suárez número 30 (Centro Histórico), fue declarada monumento nacional, debido a su belleza arquitectónica y legado histórico. Posteriormente, en 1960, el entonces presidente de la república, Adolfo López Mateos, expidió el decreto que declara de utilidad pública el establecimiento de un Museo la Ciudad de México en la casa de los condes de Santiago de Calimaya, publicado en la Gaceta Oficial del Departamento del Distrito Federal.
Así, en 1964 el Departamento del Distrito Federal crea por decreto un museo para contar la historia de la Ciudad de México desde su fundación hasta la era moderna, y el palacio de los condes de Calimaya del siglo XVIII se convierte en espacio idóneo para el cumplimiento de ese propósito.
Los trabajos de restauración se llevaron a cabo respetando la construcción original. Su ejecución sentó un precedente de gran importancia para proyectos cuyo objeto contempla rescatar tesoros arquitectónicos en el centro histórico de la capital del país.
De esta manera y para ofrecer una panorama del desarrollo del inmueble, la exposición está compuesta por la maqueta de la remodelación realizada por Pedro Ramírez Vázquez, los planos de las adecuaciones de los espacios, fotografías de principios y mediados del siglo pasado, que muestran la condiciones del edificio y sus usos, seguidas de algunas imágenes en la que se ven los trabajos de remodelación y los años inmediatos a la inauguración del Museo.
Asimismo, cuenta también con algunos ejemplos de otros edificios de Ramírez Vázquez; aparte de algunos ejemplos de museos, así como de mercados y edificios de públicos diseñados por este importante arquitecto, además de cinco proyectos que no llegaron a realizarse y la colección de litografías que el arquitecto Ramírez Vázquez donó al Museo de la Ciudad de México para la conformación de su acervo.
