_ En el Foro Internacional Comunidad, Cultura y Paz, los activistas Pietro Ameglio y Rafael Landerreche, además del académico Tomás Calvillo y el especialista Carlos Martín Beristain, pidieron hacer de la rabia e indignación, una reflexión social que detone acciones inteligentes
Como parte del segundo ciclo de actividades, Luis Ernesto Romero y César Moreno abordan el tema de las pandillas y su forma de reinsertarse en la sociedad
La reflexión es la primera arma que tiene la sociedad para hacer frente a la violencia y demanda la capacidad de canalizar la rabia de forma inteligente para propiciar cambios ante Estados indolentes que buscan invisibilizarla, coincidieron activistas, docenes y especialistas en el tema.
En su segundo día de actividades, el Foro Internacional Comunidad, Cultura y Paz convocó a los activistas Pietro Ameglio y Rafael Landerreche, además del académico Tomás Calvillo y el especialista Carlos Martín Beristain, para dialogar en torno al tema de la Violencia y No-violencia en la construcción de las autonomías.
Con el Museo Memoria y Tolerancia como sede del encuentro, los especialistas llamaron a la sociedad a hacer de la rabia y la indignación por hechos violentos, una reflexión social que permita conformar una agenda articulada de acciones contra la violencia.
Pietro Ameglio, activista y Fundador de Servicios Paz y Justicia A.C., planteó que la primera arma que tiene la humanidad para hacer frente a la violencia es la moral entendida como la a€œcapacidad de reflexióna€ por lo que invitó a no caer en la confrontación material y violenta del ser humano que sólo destruye la fuerza moral de quienes están luchando contra ésta.
La confrontación ideológica entre quienes coinciden en luchar por erradicar la violencia, dijo, sólo divide y lleva a discusiones estériles. Por ello, abundó, la población debe hacer uso de su capacidad de diálogo para escuchar y reconocer la diferencia de ideas que enriquezca a la sociedad organizada y debilite a los Estados violentos.
Ameglio pidió no dejar de lado que el terror es uno de los mecanismos comunes de los gobiernos violentos para paralizar la acción ciudadana por lo que la población mexicana debe hacer de la indignación y rabia una reflexión social que lleve a la propuesta de acciones.
En ese sentido, el español especialista en reconstrucción del tejido social, Carlos Martin Beristain, dijo que la sociedad requiere pasar de la a€œconfusión a la complejidada€, lo que implica dejar de lado la a€œdesolacióna€ para activar la reflexión.
Advirtió de la necesidad de mantener la memoria de los hechos ocurridos toda vez que no visibilizar la violencia implica eliminar una realidad presente: a€œen este país, todo cambia cada sexenio y cada masacre cancela el recuerdo de la anterior y no hay una memoria de todas ellas que genere esa sacudida de la conciencia; hay un mandato implícito, una sobre exposición al horror, que funciona también como mandato de olvidoa€.
La culpabilización de las víctimas de la violencia y sus familiares, así como la a€œparalización del lenguajea€, explicó, también son estrategias represivas de los Estados para a€œesconder toda la maquina que hay detrás de la violencia e invisibilizarlaa€.
A su vez, Rafael Landerreche, activista y colaborador en Las Abejas de Acteal, señaló que la violencia en los Estados resulta a€œuna especie de enfermedad contagiosaa€ que tiene como raíz no pensar, aplicar la reflexión sin sensibilidad humana y la deshumanización del otro.
Lamentó que México no transite hacía mecanismos activos para exigir gobiernos eficaces y la resolución de necesidades ciudadanas toda vez que mantiene como únicas vías el voto en las urnas y la lucha armada, ambas rebasadas ya por los Estados modernos.
Opinó que erradicar niveles de violencia como el que enfrenta México demanda de una propuesta ciudadana que pueda unir a todos en torno a un bien común que es la justicia: a€œen México es necesario que por encima de todas las diferencias podamos encontrar algunas propuestas que nos logren unificar a todos quienes luchamos contra la violenciaa€.
En su oportunidad, el académico e investigador Tomás Calvillo invitó a los asistentes al Foro a reflexionar sobre el fortalecimiento del crimen que México enfrenta a partir de su aparato electoral.
a€œTodo este sistema nacional de representación electoral que nos habíamos construidos y buscando se ha venido a derrumbar. No podemos dejar de pensar sobre qué hacer frente a ese sistema electoral que no está traduciendo la representación nacional y que en gran parte se ha vuelto cómplice en fortalecer las estructuras criminales en los diferentes territorios del paísa€, explicó.
Incitó a no esperar de las autoridades la solución a la violencia que aqueja al país y, por el contrario, generar una agenda articulada de acciones que provenga de los ciudadanos.
Además de ser escuchados por los asistentes congregados en el Museo Memoria y Tolerancia, los especialistas también fueron seguidos vía streaming por los estudiantes, académicos y sociedad civil congregada en el Auditorio Emiliano Zapata de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) que también es sede del encuentro.
Pandillas y crimen organizado, la experiencia de El Salvador
Con el tema Expulsión y retorno. Formas de reinserción y regreso a las comunidades de salida, el Director general de la Asociación Hombres y Mujeres en Inserción Social de El Salvador (H.O.M.I.E.S.), Luis Ernesto Romero, y el investigador Hugo César Moreno, participaron en el segundo día de actividades del Foro Internacional Comunidad, Cultura y Paz.
Ambos estudiosos explicaron abordaron en sus ponencias la inserción de los jóvenes en las pandillas de El Salvador, la dinámica de conformación y operación de éstas, así como su relación con el crimen organizado y su reinserción a la sociedad.
El escritor Hugo César Moreno planteó que la suma de jóvenes a ese tipo de organizaciones en el país centroamericano obedece a un factor simbólico de autoridad, aspiración, valor y pertenencia. Precisó que a diferencia con el crimen organizado, las pandillas no persiguen un fin económico específico pues su interés es ser un espacio de protesta ante el mundo y sociedad en el que viven.
Por su parte, Luis Ernesto Romero mencionó que el gobierno de El Salvador vio en la violencia de las pandillas un mecanismo sustentable de control social en tanto que el crimen organizado las empleó o utiliza para sus fines sin que éstas formen parte de la delincuencia.
a€œUn vinculo de trabajo es lo que el crimen organizado les ofrece a las pandillas; les brindan un pago por hacer algo y sus miembros los hacen sin ser parte del crimen porque sus intereses son diferentesa€, precisó.
El Foro Internacional Comunidad, Cultura y Paz es organizado por el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y el Museo Memoria y Tolerancia, con la participación de académicos, especialistas, organizaciones civiles.
Un total de 18 Mesas de Trabajo contempla el encuentro internacional durante cinco días de actividades a€”10 al 14 de noviembrea€” en dos sedes ubicadas en las ciudades de México a€”el Museo Memoria y Toleranciaa€” y de Cuernavaca a€”el auditorio Emiliano Zapata de la UAEM.
