_ Los inicios de Mestre se remontan al siglo XVI, pero creció a partir de 1855, cuando se construyó el puente que conectó a Venecia con tierra firme
Desde su puesta en línea, en 2007, la página electrónica Mestre Novecento, que recoge información sobre la transformación de este núcleo urbano de tierra firme, dentro de la municipalidad de Venecia, Italia, ha posibilitado la construcción, la investigación y la difusión de un patrimonio colectivo.
El doctor en planificación territorial y políticas públicas, por la Universidad Iuav de Venecia, Mirko Marzadro, dedicó a este repositorio digital su participación en el ciclo de conferencias “Apropiación social y conservación del patrimonio cultural sinaloense”, coordinado por la representación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Sinaloa, la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de ese estado, a través del cuerpo académico “Ciudad, Patrimonio, Turismo y Sustentabilidad”, y el Instituto Sinaloense de Cultura.
El también catedrático del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología explicó que los inicios de Mestre como núcleo urbano se remontan a hace cinco siglos; sin embargo, experimentó un crecimiento importante a partir de 1855, cuando se construyó el puente ferroviario (ahora también carretero) que logró conectar a Venecia con tierra firme y, en general, con la región del Véneto.
La que hasta entonces fuera entrada secundaria a Venecia —cuyo acceso se daba principalmente por mar— se convirtió en puerta principal a la misma. Así, Mestre experimentó grandes transformaciones a lo largo del siglo XX, al constituirse en su perímetro áreas industriales, habitacionales y recreativas, de ahí el nombre de la iniciativa impulsada por la ciudad de Venecia y el Archivo de la Comunicación.
Fotografía, cartografía, bibliografía, hemerografía y demás documentación proveniente de archivos públicos y privados, así como de asociaciones civiles, han nutrido el corpus Mestre Novecento, del que a su vez derivan propuestas de libros, exposiciones temporales y actividades educativas que se presentan en el Centro Cultural Candiani, entre otros espacios.
La revaloración de la historia de Mestre, comprendiendo su desarrollo urbano y social a partir del rescate de la memoria colectiva, ha ido cambiando la percepción de los oriundos de esta urbe, y en general de los italianos, ya que existe el dicho: “si Venecia es la ciudad más bonita del mundo, Mestre es, por lo menos, la ciudad más fea de Italia”, comentó el expositor en la conferencia transmitida por el canal INAH TV, en el marco de la campaña “Contigo en la distancia”, de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
“Podríamos preguntarnos por qué existe una percepción tan disímil dentro de un mismo núcleo urbano que está bajo una misma municipalidad: Mestre y Marghera, que constituyen la parte de tierra firme, y Venecia, el centro histórico, con una historia peculiar. ¿Dónde está el problema?, ¿por qué se dice eso?”.
En opinión de Marzadro, se consideran más estéticos e interesantes la arquitectura y el urbanismo “antiguos”, los que además representan una forma de vida que ya no es parte de nuestra cotidianidad, lo cual impide ver el desarrollo político, social y económico de muchos territorios que también tienen una historia tras de sí, aunque con orígenes más modestos, sobre todo aquellos que fluyeron con el siglo XX.
La percepción sobre Mestre —continuó— encuentra otra explicación en el descuido de las administraciones, las cuales canalizan la mayor parte de los recursos públicos a la preservación de Venecia. De esta manera, Mestre Novecento empezó a concebirse hace dos décadas, para promover y poner a disposición de la ciudadanía un conocimiento global y participativo de su devenir, mostrando a sus habitantes el esfuerzo colectivo que la configuró.
Mirko Marzadro, quien desarrolla el proyecto de consolidación del Centro de Estudios del Hábitat y el Desarrollo Urbano Sustentable, dentro del Instituto Tecnológico Superior de Ciudad Obregón, Sonora, resaltó que después de la Segunda Guerra Mundial, Mestre fue punto de llegada de personas procedentes de diversas regiones de Italia, sobre todo del ámbito rural, que le brindaron una identidad intercultural nacida de la convivencia en las fábricas. Para la década de 1990, hubo otra oleada importante de migrantes venidos del este de Europa, Oriente Próximo y el norte de África.
En 15 años, el proyecto Mestre Novecento, el cual puede ser visto como una “gran caja de recuerdos”, ha ganado credibilidad para recibir documentos y memorias de los ciudadanos que, de otro modo, se perderían; en cambio, pueden conservarse y organizarse como un patrimonio de conocimiento colectivo en crecimiento constante, dando lugar a temas que van de la revisión de los mapas históricos, al análisis de los escenarios de hechos administrativos, políticos, sociales y de movimientos como el de las mujeres, concluyó el investigador.