_ En 1692, un terremoto seguido de un tsunami hundió en el mar Caribe a la ciudad de Port Royal, en Jamaica, entonces epicentro de la piratería en el siglo XVII. Desde entonces, múltiples expediciones extranjeras intentaron explorar sus restos sumergidos, pero fue hasta 2020 cuando Jamaica decidió encabezar por primera vez las investigaciones con apoyo internacional. Este esfuerzo culminó en julio de 2025 con su inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.
El Fondo para el Patrimonio Nacional de Jamaica (JNHT), con asesoría de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), capacitó entre 2020 y 2024 a buzos arqueólogos jamaicanos. Además, se impulsó la primera excavación local con apoyo de especialistas de México y Japón, utilizando técnicas de fotogrametría para registrar zonas clave como el Fuerte Fort James y la Queen Street, vía principal de la urbe.
Los hallazgos revelaron que Fort James no fue destruido por el terremoto, como se creía, sino que quedó enterrado bajo capas de sedimento que preservan sus estructuras. En las excavaciones también se recuperaron objetos contemporáneos y materiales arqueológicos de gran valor, lo que permitirá dirigir futuras exploraciones y profundizar en la memoria histórica de la ciudad.
Como parte del proyecto binacional, se produjo el documental *Port Royal, creating a vision*, dirigido por Alberto Soto, y el libro bilingue *Port Royal, proyecto de colaboración en Arqueología Subacuática México-Jamaica*, diseñado por Leonardo Vázquez. Ambos fueron presentados en la 36 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), mostrando no solo los avances científicos, sino también las voces y percepciones de la comunidad local de Port Royal.
De acuerdo con el arqueólogo Roberto Junco Sánchez, este trabajo constituye un referente en la arqueología subacuática internacional y reafirma el compromiso de México con la Convención de la Unesco de 2001 sobre protección del patrimonio cultural sumergido. Actualmente, seis arqueólogos jamaicanos están capacitados para continuar la investigación de este sitio único en el mundo.
