_  Este encuentro será un proceso en el que personal museográfico aprenderá de unos y otros, con la participación de especialistas, señaló Miguel Ángel Berumen, director del Museo Nacional de la Revolución
Los museógrafos tienen la obligación de hacer que los visitantes jóvenes establezcan un diálogo con la historia, ya que no pueden aceptar el concepto de una historia estática porque son el resultado de una revolución tecnológica: Eugenia Meyer 
Carmen Gaytán, directora del Museo Nacional de San Carlos invitó a los participantes a disfrutar del espacio, de los comentarios y de todo lo que suscitará a€œun encuentro académico de esta envergaduraa€
El Primer Congreso Nacional de Museos de la Revolución Mexicana es la primera de muchas iniciativas para que los museos con una misma vocación se conozcan entre sí, para que de manera coordinada establezcan circuitos de conocimientos y cuidados de sus colecciones, a fin de exponer el acervo del movimiento armado revolucionario, afirmó Miguel Ángel Berumen Campos, director del Museo Nacional de la Revolución (MNR).
Durante la inauguración del evento, que se llevará a cabo del 3 al 5 de diciembre en el recinto de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Berumen resaltó que este encuentro será un proceso en el que personal museográfico aprenderá de unos y otros, con la participación de especialistas.
Y es que a lo largo de los tres días, participarán en el Congreso representantes de más de 30 museos del país, así como más de 20 destacados investigadores e investigadoras de la Revolución Mexicana.
El director del MNR detalló que el evento permitirá a los asistentes tener un acercamiento, conocer las actividades de los museos, así como sus propósitos, sus colecciones, sus maneras de proceder con respecto a los proyectos educativos, sus exposiciones temporales, ver la pertinencia de establecer circuitos y de tener asesoría en el cuidado de sus colecciones.
A nombre del Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura, y de su titular Eduardo Vázquez Martín, Berumen declaró inaugurado el Primer Congreso Nacional de Museos de la Revolución Mexicana.
En su intervención, Carmen Gaytán, directora del Museo Nacional de San Carlos, refirió que el recinto a su cargo cuenta con un acervo muy importante, es un edificio construido por Manuel Tolsá, en el que se resguardan alrededor 2017 piezas del arte europeo.
Ubicado a pocos metros del Museo Nacional de la Revolución, el Museo de San Carlos no sólo comparte la zona sino que exhibe una exposición temporal sobre el movimiento revolucionario.
Sobre el Congreso, Gaytán auguró a los asistentes que éste les va a agregar muchas cosas que no conocen, pero sobre todo, los invitó a disfrutar del espacio, de los comentarios y de todo lo que suscitará a€œun encuentro académico de esta envergaduraa€.
La Doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), profesora, investigadora y colaboradora en la creación de museos, Eugenia Meyer, fue la encargada de arrancar el Congreso, con la conferencia inaugural De historiadores y museógrafos: diálogo permanente.
Durante su participación, manifestó que el historiador contemporáneo tiene un compromiso absoluto con el presente, ya que todo lo que realiza tiene que ver con lo que nos está pasando.
Así, dijo, los museógrafos tienen la obligación de hacer que los visitantes establezcan un diálogo, en especial los más jóvenes, pues consideró que las nuevas generaciones no pueden aceptar el concepto de una historia estática porque, casualmente, son el resultado de una revolución tecnológica.
Para Meyer, el historiador del presente estudia los problemas, los analiza, los interpreta pero además tiene que comunicar, informar y formar, pues ya pasó el tiempo en que se limitaba a publicar libros con sus investigaciones, ahora el reto es que sea capaz de comunicar los resultados de dichos estudios.
Mientras que sobre los museos, opinó que no tienen nada que ver con la idea de la casa de las musas ni con la acumulación de piezas; para la historiadora, un museo contemporáneo tiene que ser un espacio de comunicación, de convivencia y de comunión, con el que pueda identificarse el visitante.
Es por ello, que planteó la importancia de que se conciban en función del lugar en el que se ubican y su público, y recomendó que antes de abrir un museo, debe estar terminado en su totalidad, además de debe contar con información o guía para el visitante, una sala de orientación y se tienen que planear actividades para niños y estudiantes, con la finalidad de que haya actuación de los mismos con el museo.
Al abundar en el diálogo entre historiadores y museógrafos, opinó que para ella, el orden se establece a partir de lo que el historiador o los historiadores deciden qué información quieren transmitir.
Meyer insistió en que como el museo es un espacio de reflexión, antes de planear cada uno, hay siete preguntas que deben formularse: museos A¿de qué?, A¿por qué?,  A¿para qué?, A¿para quién?, A¿con qué recursos?, A¿cómo? y A¿cuándo?
Luego de buscar respuestas claras a cada una de esas preguntas, indicó que es entonces que se pone en marcha un esfuerzo tenaz y creativo entre los historiadores y los museógrafos.
   
                                            
                                             
                                             
                                                